Posicionamiento y Política en Mi Guate
Si usted está involucrado dentro
del área de mercadeo de alguna manera, seguramente conoce el significado de la
palabra “posicionamiento”. Es un concepto desarrollado por Jack Trout
y Al Ries entre finales de los 70’s e inicios de los 80’s, que se constituyó en
un verdadero mandamiento del marketing moderno, aunque no todos los marketeros
lo manejan como deberían.
En pocas palabras el
posicionamiento es la asociación entre una marca y unos atributos en la mente del
consumidor. Lo relevante del caso, es
que para que el posicionamiento sea exitoso, los atributos deben ser
importantes para el potencial cliente o usuario del producto.
Yo recuerdo que en mis tiempos a
cargo del mercadeo en una tabacalera, yo les describía el asunto a los vendedores con ejemplos como el
siguiente: “Si del vecindario, ustedes conocen a Juan y a
Pedro desde que son niños. Los han visto crecer y madurar, Juan siempre
fue muy responsable, trabajador y estudioso, no faltaba a la iglesia los
domingos y siempre fue educado, respetuoso
y servicial, además de ser un excelente deportista. Por otro lado tenemos a Pedro, éste muchacho
siempre fue un rebelde sin causa, poco dado al estudio, cabeza dura y con un
serio rechazo hacia la autoridad; aunque listo, siempre tendió al trabajo fácil
y a evitar el esfuerzo; y le gustaba bastante la parranda y los traguitos;
encima mujeriego a más no poder”.
¿Qué pensaría usted si su joven hija de 18 años le dice que ambos
muchachos la pretenden? Si mi
instinto de padre no me engaña, y usted tiene el mismo sentido común que yo
creo poseer, seguramente preferirá que la pretenda Juan, ¿o no? Y ¿por qué?
Simple, Juan está mejor posicionado en su mente, en atributos que seguramente
serán de importancia en su evaluación de una potencial pareja para su
hija.
En el caso planteado a diferencia
de las situaciones donde interviene la publicidad, la creación del
posicionamiento se origina en las acciones de Juan y de Pedro y del
conocimiento de ello de parte de sus vecinos, sus hechos generaron una
asociación de cada uno de ellos a ciertos atributos, unos positivos y otros
negativos desde la perspectiva de “la audiencia”.
Ahora bien, en los casos donde
interviene la publicidad, todo se origina en el
dueño de la marca o producto, y en el caso de la política hablamos de
instituciones, de personas o “personajes”.
El desarrollo de una marca implica determinar cómo se desea
posicionar a la misma, cuáles son los
atributos a los que se quiere asociar, por supuesto luego de haber validado que
son importantes para el grupo meta y que además son diferenciadores de la
competencia. Luego se desarrolla la publicidad, tratando
de enviar ese mensaje, de transmitir efectivamente el posicionamiento definido
para el producto hacia el grupo objetivo.
La idea final por supuesto es que el producto o marca, en efecto cumpla
con las expectativas que ha generado en los consumidores, pero no siempre es
así, y a veces es una cosa lo que “te venden” y otra la realidad.
Veamos otro ejemplo: en las elecciones en las que fue elegido el
Ing. Alvaro Colom, su mensaje publicitario en la etapa más crucial del proceso,
y quizá responsable de su victoria, fue “La violencia se combate con
inteligencia”. Es posible que aunado a
éste mensaje haya sido un factor la apariencia misma del candidato, serio,
austero, discreto, ectomorfo clásico y con gafas que de alguna manera le
proyectaban como “intelectual/inteligente”.
De nuevo los resultados de su administración muestran que una cosa fue
el mensaje enviado y otra muy distinta la realidad; trataron de posicionarlo de cierta manera, y
el objetivo fue logrado, pero el producto no era lo que vendieron. Normalmente el tiempo es el que muestra la
realidad, y permite al “consumidor”
generar su propio posicionamiento del producto, que en todo caso vendrá
a ser resultado de su experiencia
personal con el producto o marca. El
problema en la política es que a diferencia de productos y marcas, uno debe
tragarse la pildorita de su errónea decisión por un período largo de
tiempo. En cambio en productos y
servicios, a la segunda ocasión (si mucho), en que recibo un producto o
servicio malo, puedo cambiar de marca o buscar nuevas alternativas.
Hoy día tenemos toda una variedad
de especímenes diferentes en la política de Guatemala que están siendo
evaluados por distintos segmentos de la población, analicemos brevemente a algunos de ellos:
Otto Perez y el Partido Patriota:
Su posicionamiento fue claro desde la primera elección en la que
participó, “un hombre y un equipo con la capacidad y la voluntad para tomar
decisiones firmemente y con disciplina en pro del bienestar de los
guatemaltecos”, de nuevo su posicionamiento fue reforzado por su carrera
militar y su tono y manera, acorde. A
pesar de que hubo una modificación su comunicación en su segunda participación,
en donde hubo una serie de mensajes, desde: “Vamos con el cambio” hasta
distintas variaciones de la mano dura, seguramente tratando de proyectar una versión “más light” de la mano
dura. Sin embargo, en mi personal
opinión precisamente “La mano dura” fue el posicionamiento ganador, una mayoría
de los votantes les eligió debido a esa propuesta. Si analizamos su campaña desde el punto de
vista de un mercadeo analítico, vemos que su propuesta única de venta, desde la
primera elección fue “la mano dura”, un solo atributo sólido,
diferenciador e importante para el grupo
objetivo, aún más dado el desbarajuste de inseguridad del que veníamos. Incluso pienso que era una propuesta única de
venta algo riesgosa, debido a la asociación que la oposición podía tratar de
generar con el pasado y con la guerra, y por la carrera militar del candidato,
y quizá por ello trataron de “suavizarlo”, pero a pesar de todo, fue el ganador. Este resultado debería ser siempre muy bien considerado
por el General y su equipo al momento de tomar decisiones: Sus votantes esperan que el producto cumpla
con las expectativas que generó. Todos
los demás elementos que forman parte de las expectativas son desde el punto de
vista de mercadeo, elementos de la propuesta de valor, es decir, la suma de la
experiencia total de ser gobernados por el General y su equipo, y conllevan
muchos aspectos y situaciones, pero la importancia de cumplir con la
expectativas generadas a nivel del posicionamiento transmitido y de la
propuesta única de venta, son de suprema importancia. De hecho hoy día, ya son muchos los que
dicen: “Este gobierno no es realmente de
mano dura”, y lo peor es que lo dicen, quienes lo eligieron. Es obvio que quienes no votaron por ellos,
siempre se van a constituir en una oposición o critica, pero lo delicado, es
fallarles a sus “consumidores habituales”, los que pueden sentirse satisfechos
con su elección anterior y querer repetir para la próxima, o bien cambiar de
“marca” . La sabiduría está en aprender de las
experiencias de los demás, y el Gobierno del Ing. Colom es un excelente ejemplo
de qué no hacer. Quizá la tarea pendiente para Don Otto y su
equipo es traducir con mayor precisión lo que significa para sus electores la
mano dura.
Baldizón y el Líder: Este
es realmente un caso especial. Una de
sus características fue la de iniciar, de nuevo con una propuesta única de
valor muy particular: “la pena de muerte
y atacar con fuerza a la delincuencia”.
Fue una jugada interesante, de hecho tuvo un precedente en alguna gubernatura
de estado en Estados Unidos hace muchos años, aunque allá si era posible
llevarla a la práctica. Su “Solo el
pueblo salva al pueblo” realmente no le decía mucho al pueblo, y tenía menor
impacto que el tema de la pena de muerte.
En determinado momento la
estrategia de Baldizón evolucionó a confusión, sobre todo al querer
abarcar demasiado, a tratar de
proyectarse como un cuasi héroe (de hecho el mismo decía que se parecía a Clark
Kent, o sea que se lo cree), tanto que
se hacía complicado. Encima de todo, cometieron errores burdos, típicos de quien menosprecia la capacidad
mental de su audiencia, y en el camino se proyecta de una forma negativa. En el afán por diferenciarse (lo que no es
malo), prometió cosas muy difíciles de
realizar y de cumplir (esto sí que es malo), entonces puso en tela de juicio
tanto su credibilidad como su cordura (de allí el mote de “payaso” con el que
le asociaron), si lo recuerdan, ofreció incluso llevar a la selección de futbol
al mundial. Encima de todo, se dieron
a la tarea de crear una campaña de desinformación, de nuevo muy burda, como lo
eran las publicaciones de encuestas poco fiables brindando resultados que lo
daban como ganador, y totalmente
dispares con lo que mostraban otras encuestas desarrolladas por empresas
reconocidas y de prestigio. Todas estas
acciones y errores, pasan factura, pues al afectarse la credibilidad de
cualquier “producto”, la cosa no va para ningún lado.
Hoy día el Partido Líder continúa
haciendo las cosas bastante mal. La
actitud tontamente opositora (no es una oposición constructiva que vele por los
guatemaltecos), hacia el gobierno está
generando una pésima imagen, no solo de su partido, sino del congreso
mismo. Las interpelaciones inmediatas a
la toma de posesión y las continuas trifulcas y encaprichamiento por sabotear
una agenda regular en el legislativo les pasará factura sin lugar a dudas. De nuevo, sin haber aprendido nada de su
experiencia pasada en las elecciones, piensan que su audiencia (el pueblo que
vota), no se da cuenta de lo que hacen.
Seguramente viven echándose porras unos a otros por sus acciones poco
edificantes y aún más vergonzosas para representantes de la Patria (dígase de
paso que la mayoría de los diputados caen en esa descripción), sin darse cuenta
que con sus megáfonos y sus teatros, siguen reforzando la imagen de payasos que
se inicio con su Líder, y la cosa se volvió un circo. Igualmente siguieron con la publicación de
resultados de encuestas increíbles que daban resultados opuestos a las
desarrolladas por empresas serias a solicitud de medios de comunicación
imparciales. Lo peor es que no parece
que haya visos de cordura, pues como dijo Nuestro Señor Jesús:
“Son ciegos, guías de ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, ambos
caerán en el hoyo”.
Y es muy importante dejar claro
que personalmente no le voy a uno o a otro, pero percibo las cosas desde un
punto de vista puramente de manejo de imagen y posicionamiento de marca. Tanto entre productos, como en funcionarios
públicos o candidatos, es su desempeño final el que define si se cumplen las
expectativas que generaron con su plataforma de comunicación, y será la “vara
con la que les medirán” quienes les compraron o a quienes están apelando para generar
la compra.
Más o menos como dice un refrán
por allí: “Deja que tus acciones hablen
tan alto, que tus palabras no se escuchen”, entonces las acciones deberían ser
congruentes con nuestro posicionamiento.
Simple de decir, no tanto de lograr.
En una próxima oportunidad, daré
mis percepciones sobre otros especímenes de esta jungla política de nuestra
amada Guatemala. ¡Bendiciones para
usted y para mi Guatelinda!
No hay comentarios:
Publicar un comentario