miércoles, 3 de junio de 2009

¡Justicia!

"El mal triunfa cuando los buenos no hacen nada".
La primera función del Estado es garantizar la vida de los ciudadanos y castigar a quienes la ponen en peligro. Obviamente en Guatemala esto no se cumple. Día a día caén asesinados hombres, mujeres y niños, de todos los estratos sociales, de cualquier edad, de cualquier región, raza, credo o religión. Lo que tienen en común las victimas es que eran guatemaltecos, y que a todos les falló su gobierno para protegerles y para castigar a sus victimarios.
¿Y los que hemos tenido la Bendición y suerte de no caer aún en las garras de cualquiera asesino psicopata, marero seguidor de Belzebú o sicario para el que la vida vale Q.500.00? Simple, vivimos atemorizados, ansiosos y tensionados, no sólo por nosotros, sino por nuestros conyugues, hijos, familia, amigos... Simplemente no sabemos cuándo puede tocarnos a nosotros. Vivimos sumergidos en un verdadero regimen de terror que no nos permite dedicarnos en paz a trabajar honestamente por el bien de nuestro país.
Siempre he pensado que la delincuencia es como un cancer que ataca el organismo. Usted puede tomar medidas preventivas contra el cancer, es decir, cuidar su alimentación, hacer ejercicio, tomar vitaminas y antioxidantes y evitar productos con substancias cancerigenas que no le hacen bien alguno a su organismo. Por otro lado, si eso no funciono y usted ya tiene cancer, entonces, la primera línea de ataque es destruir la células cancerosas, y luego tomar las medidas necesarias para la prevención de una recaída.
En el caso de la delincuencia, existe la prevención, vista tanto desde el punto de vista de vigilancia para evitar que se den hechos reñidos con la ley; como brindando oportunidades para que los jovenes no se asocien a grupos fuera de la ley. Pero también debería existir la primera línea de ataque, y está es la destrucción del mal: la aplicación de la justicia, y más aún, la aplicación de la pena de muerte a los culpables de delitos mayores.
Muchos son lo que razonan que la pena de muerte no es un "disuasor", ¿pero realmente interesa que sea un "disuasor"? O sea, ¿cuál es el objetivo? ¿disuadir o castigar? Como yo personalmente lo veo, es que la pena de muerte es un castigo para seres que no tienen respeto por la vida de gente inocente, que no tienen consciencia, temor de Dios y mucho menos de la ley y la autoridad, seres con tan bajos instintos que son una amenaza para la sociedad y que no merecen oportunidad alguna. ¿Quiere un sólo ejemplo? ¡Vea a estos desgraciados que secuestraron, violaron y asesinaron a tres pequeñas niñas de 6, 8 y 12 años cuando se dirigían a estudiar! ¡Esos tipos merecen la muerte! ¡Y será la única forma de hacer justicia y asegurarnos que ellos no lo vuelvan a hacer!
Y como esos personajes, hay muchos en nuestro país, haciendo lo que les ronca la gana ante la falta de capacidad de las autoridades para ponerles un alto, ante la falta de voluntad politica y de personalidad de las autoridades para aplicar la ley y la justicia. Todos los días matan a pilotos, todos los días, extorsionan a gente honrada, secuestran, violan y descuartizan a sus victimas sin que el Sr. Presidente y su comitiva de mediocres hagan algo más que constituirse en complices de todo este baño de sangre que vivimos en Guatemala.
No sé si el Presidente Colom tendrá o no que ver con la muerte del Lic. Rosenberg, lo que sí sé, es que tiene que ver con la muerte de miles de guatemaltecos, pues es su responsabilidad proteger a los guatemaltecos y castigar a los asesinos, y no lo está haciendo.
Presidente Colom: ¿Quiere quedar bien con el pueblo y ganarse su confianza? Empieze a aplicar la ley con fuerza, mande a ejecutar a todos los que tienen pendiente la aplicación de la pena de muerte, y que todo asesino, como estos mal nacidos que mataron a estas pequeñas inocentes paguen con sus vidas sus acciones malignas. Guatemala entera se lo agradecerá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario