jueves, 30 de abril de 2009

¿Levantas una pared o construyes una Catedral?

Sergio Dueñas
“Guatemala necesita de más y mejores profesionales”.

Un hombre que observaba una construcción preguntó a un trabajador qué hacía, y éste le contesto: “me dijeron que levantara una pared aquí”. Prosiguió su camino y le hizo la misma pregunta a otro albañil, y éste le contesto: “Estoy construyendo la más hermosa y majestuosa de las Catedrales, un lugar de comunión entre mi pueblo y nuestro amado Dios”.

El relato anterior nos presenta dos distintas visiones de la misma actividad.

El diccionario de la lengua española define la palabra “profesional” como: “relativo a la profesión en general”, “persona que realiza un trabajo con rapidez y eficacia”, “persona que hace hábito o profesión de alguna cosa”, “persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación”.

Como podemos ver la palabra profesional no se limita a quienes han completado una serie de estudios académicos o universitarios (sin restarle importancia, pues los estudios se constituyen en un fundamento sólido para el crecimiento del individuo y su impacto en la sociedad), sino más bien se amplía a la realización de un trabajo determinado de forma habitual “con relevante capacidad y aplicación”.

Ello significa que el piloto de un bus o el de un camión podrían ser profesionales en su línea de trabajo, como lo serían un relojero, un albañil, un zapatero o un doctor, un Gerente General o un Director Creativo. Lo que hace verdaderamente la diferencia es la “relevante capacidad y aplicación” con la que realizan su trabajo.

Aunque la capacidad y la aplicación están más asociadas a elementos como el conocimiento, la experiencia, la responsabilidad, la disciplina, el compromiso, la puntualidad y la constancia entre otros; también deben considerarse el respeto a colegas, clientes y proveedores, las buenas relaciones interpersonales y en una frase: “el tomarse el trabajo en serio”.

En el área de servicios, dentro de la cual figuran agencias de publicidad, de investigación de mercados, de promociones y muchas otras, un alto nivel de profesionalismo garantiza que todos y cada uno de los clientes recibirán el máximo de entrega, no supeditado a su nivel de inversión, tamaño o giro de negocio.

El ser profesionales implica una mística de trabajo, un compromiso con la excelencia y el ser diligentes en el desarrollo de cada actividad. El verdadero profesional compite generalmente contra él mismo, tratando de superarse continuamente y alcanzar consistentemente la satisfacción que solo un trabajo bien hecho puede brindar.

Guatemala esta urgida de una reactivación económica, de empleo, del surgimiento de empresas exitosas que generen riqueza y brinden oportunidades de desarrollo a los miles de guatemaltecos que por generaciones han carecido de ellas; pero no debemos olvidar que toda organización se compone de seres humanos, y que sólo con la dedicación, el esfuerzo y el trabajo consciente y responsable de cada uno podremos cambiar ésta nación y dirigirla hacia el desarrollo y la prosperidad que todos anhelamos. En resumen: siendo verdaderos profesionales en lo que hacemos. ¡Construyamos Catedrales!

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