jueves, 30 de abril de 2009

¿Qué hacer ante “la crisis”?

Sergio Dueñas
www.consumer-ca.com

Keynes dice en síntesis que una recesión económica se produce cuando los empresarios y la gente pierden la confianza y dejan de invertir, buscando ahorrar. Si una persona decide hacer esto, no ocurre nada. Pero si todo el mundo lo hace, disminuye el gasto, pero también los ingresos. No compramos nada a nadie y nadie nos compra a nosotros.

En la economía esto implica que se cierran fábricas, se despiden trabajadores, las empresas reducen gastos en un intento inútil por acumular efectivo. La gente sin trabajo seguirá sin comprar, es decir, sin aumentar la demanda, retroalimentando la situación. Esto continua así hasta que la oferta se iguala a la poca demanda existente.

¿Qué hacer? A continuación, algunas sugerencias para su evaluación:

  1. La empresa exitosa no quiere solo sobrevivir una crisis, quiere crecer a través de ella y fortalecerse ante su competencia. Esto no se logra simplemente recortando costos e inversiones y prescindiendo de personal; se deben tomar decisiones proactivas para enfrentar los cambios en el ambiente económico.
  2. Reconozca que la dinámica del mercado está cambiando. Nunca antes como hoy es de vital importancia identificar qué está pasando en el mercado, cómo está reaccionando el consumidor ante los cambios. Los sistemas de información del mercado tienen que actualizarse para reducir la incertidumbre y tomar decisiones acertadas que optimicen los recursos.
  3. Ahora, más que nunca es necesario promover y apoyar inteligentemente a las marcas con la finalidad de generar consumo. El viejo consejo “financiero” de “hay que recortar en marketing”, puede ser el peor que pueden darle. Lo inteligente es invertir sabiamente en publicidad efectiva, optimizar recursos y reducir gastos que no reditúen ya sea en volumen de ventas, en construcción de imagen de marca, en el conocimiento del consumidor o en elementos de la cadena de valor que nos diferencien y ayuden a atraer al consumidor.
  4. Debemos identificar y adaptarnos a las actuales necesidades del consumidor, ¿las más obvias?: productos de calidad, precios razonables y estables, adecuado nivel de servicio. Conocer las necesidades del cliente y tener la agilidad para dar respuestas a las mismas con propuestas de valor que sean atractivas, innovadoras y diferenciadas.
  5. Es importante sostener, fomentar y motivar los valores correctos en el equipo de trabajo, valores de confianza, de responsabilidad y trabajo de equipo, de atención a los detalles.
  6. Se deben LIDERAR las acciones. Debe haber una “cabeza visible para todos” que tiene que actuar en congruencia con lo que requiere de los miembros de su organización.
  7. También es importante evaluar, desarrollar y fortalecer la cadena de valor, es decir, las relaciones con aquellos que VERDADERAMENTE aporten (personal, proveedores, distribuidores, medios, etc.), ya sea físicamente (materias primas, equipo, etc.), o técnicamente (especialistas, asesores, agencias, etc.), para asegurar la entrega de una oferta de valor real al consumidor, que genere adopción y lealtad hacia las marcas. Estamos en una época en la que debe asegurarse que quienes formen parte de la cadena de valor de sus productos realmente hagan aportaciones de calidad que agreguen valor y enriquezcan la oferta. Asegúrese de que todos los eslabones de su cadena de valor, sean de calidad y evite la mediocridad.

¿Levantas una pared o construyes una Catedral?

Sergio Dueñas
“Guatemala necesita de más y mejores profesionales”.

Un hombre que observaba una construcción preguntó a un trabajador qué hacía, y éste le contesto: “me dijeron que levantara una pared aquí”. Prosiguió su camino y le hizo la misma pregunta a otro albañil, y éste le contesto: “Estoy construyendo la más hermosa y majestuosa de las Catedrales, un lugar de comunión entre mi pueblo y nuestro amado Dios”.

El relato anterior nos presenta dos distintas visiones de la misma actividad.

El diccionario de la lengua española define la palabra “profesional” como: “relativo a la profesión en general”, “persona que realiza un trabajo con rapidez y eficacia”, “persona que hace hábito o profesión de alguna cosa”, “persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación”.

Como podemos ver la palabra profesional no se limita a quienes han completado una serie de estudios académicos o universitarios (sin restarle importancia, pues los estudios se constituyen en un fundamento sólido para el crecimiento del individuo y su impacto en la sociedad), sino más bien se amplía a la realización de un trabajo determinado de forma habitual “con relevante capacidad y aplicación”.

Ello significa que el piloto de un bus o el de un camión podrían ser profesionales en su línea de trabajo, como lo serían un relojero, un albañil, un zapatero o un doctor, un Gerente General o un Director Creativo. Lo que hace verdaderamente la diferencia es la “relevante capacidad y aplicación” con la que realizan su trabajo.

Aunque la capacidad y la aplicación están más asociadas a elementos como el conocimiento, la experiencia, la responsabilidad, la disciplina, el compromiso, la puntualidad y la constancia entre otros; también deben considerarse el respeto a colegas, clientes y proveedores, las buenas relaciones interpersonales y en una frase: “el tomarse el trabajo en serio”.

En el área de servicios, dentro de la cual figuran agencias de publicidad, de investigación de mercados, de promociones y muchas otras, un alto nivel de profesionalismo garantiza que todos y cada uno de los clientes recibirán el máximo de entrega, no supeditado a su nivel de inversión, tamaño o giro de negocio.

El ser profesionales implica una mística de trabajo, un compromiso con la excelencia y el ser diligentes en el desarrollo de cada actividad. El verdadero profesional compite generalmente contra él mismo, tratando de superarse continuamente y alcanzar consistentemente la satisfacción que solo un trabajo bien hecho puede brindar.

Guatemala esta urgida de una reactivación económica, de empleo, del surgimiento de empresas exitosas que generen riqueza y brinden oportunidades de desarrollo a los miles de guatemaltecos que por generaciones han carecido de ellas; pero no debemos olvidar que toda organización se compone de seres humanos, y que sólo con la dedicación, el esfuerzo y el trabajo consciente y responsable de cada uno podremos cambiar ésta nación y dirigirla hacia el desarrollo y la prosperidad que todos anhelamos. En resumen: siendo verdaderos profesionales en lo que hacemos. ¡Construyamos Catedrales!