Sergio Dueñas
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Keynes dice en síntesis que una recesión económica se produce cuando los empresarios y la gente pierden la confianza y dejan de invertir, buscando ahorrar. Si una persona decide hacer esto, no ocurre nada. Pero si todo el mundo lo hace, disminuye el gasto, pero también los ingresos. No compramos nada a nadie y nadie nos compra a nosotros.
En la economía esto implica que se cierran fábricas, se despiden trabajadores, las empresas reducen gastos en un intento inútil por acumular efectivo. La gente sin trabajo seguirá sin comprar, es decir, sin aumentar la demanda, retroalimentando la situación. Esto continua así hasta que la oferta se iguala a la poca demanda existente.
¿Qué hacer? A continuación, algunas sugerencias para su evaluación:
- La empresa exitosa no quiere solo sobrevivir una crisis, quiere crecer a través de ella y fortalecerse ante su competencia. Esto no se logra simplemente recortando costos e inversiones y prescindiendo de personal; se deben tomar decisiones proactivas para enfrentar los cambios en el ambiente económico.
- Reconozca que la dinámica del mercado está cambiando. Nunca antes como hoy es de vital importancia identificar qué está pasando en el mercado, cómo está reaccionando el consumidor ante los cambios. Los sistemas de información del mercado tienen que actualizarse para reducir la incertidumbre y tomar decisiones acertadas que optimicen los recursos.
- Ahora, más que nunca es necesario promover y apoyar inteligentemente a las marcas con la finalidad de generar consumo. El viejo consejo “financiero” de “hay que recortar en marketing”, puede ser el peor que pueden darle. Lo inteligente es invertir sabiamente en publicidad efectiva, optimizar recursos y reducir gastos que no reditúen ya sea en volumen de ventas, en construcción de imagen de marca, en el conocimiento del consumidor o en elementos de la cadena de valor que nos diferencien y ayuden a atraer al consumidor.
- Debemos identificar y adaptarnos a las actuales necesidades del consumidor, ¿las más obvias?: productos de calidad, precios razonables y estables, adecuado nivel de servicio. Conocer las necesidades del cliente y tener la agilidad para dar respuestas a las mismas con propuestas de valor que sean atractivas, innovadoras y diferenciadas.
- Es importante sostener, fomentar y motivar los valores correctos en el equipo de trabajo, valores de confianza, de responsabilidad y trabajo de equipo, de atención a los detalles.
- Se deben LIDERAR las acciones. Debe haber una “cabeza visible para todos” que tiene que actuar en congruencia con lo que requiere de los miembros de su organización.
- También es importante evaluar, desarrollar y fortalecer la cadena de valor, es decir, las relaciones con aquellos que VERDADERAMENTE aporten (personal, proveedores, distribuidores, medios, etc.), ya sea físicamente (materias primas, equipo, etc.), o técnicamente (especialistas, asesores, agencias, etc.), para asegurar la entrega de una oferta de valor real al consumidor, que genere adopción y lealtad hacia las marcas. Estamos en una época en la que debe asegurarse que quienes formen parte de la cadena de valor de sus productos realmente hagan aportaciones de calidad que agreguen valor y enriquezcan la oferta. Asegúrese de que todos los eslabones de su cadena de valor, sean de calidad y evite la mediocridad.